Branding, un concepto que parece complejo pero nada más lejos de la realidad, es sencillo y con esta serie de artículos lo entenderás. Aplicarlo a la realidad de una empresa es otra cosa, pero no te preocupes, estoy aquí para ayudarte.
La definición más teórica: branding es el proceso estratégico construir una marca
Consiste en definir y dar forma a los elementos que identifican a una empresa, producto o servicio, creando una experiencia valiosa y coherente para el usuario. El objetivo es establecer un vínculo significativo con el usuario, que lo mueva a decantarse por la marca.
El objetivo del branding es “marcar”
Fíjate en la propia palabra, brand, un término del inglés que se origina de la palabra marcar, relacionada con la costumbre de marcar el ganado para identificarlo con su propietario. Esta marca a fuego es imposible de borrar y perdura durante toda la vida del animal.
Del mismo modo, el objetivo del branding es “marcar” a fuego en la mente del consumidor la marca, al vivir una experiencia significativa. Las experiencias vividas en contacto con la marca, crean una conexión emocional y sentimental que perdura por mucho tiempo, incluso toda la vida.
Implica trabajar elementos visuales, verbales y experienciales
Sin embargo, no es tan fácil como la antigua costumbre de marcar un animal. El branding abarca diversos aspectos que deben trabajarse en conjunto para lograr su objetivo. Estos aspectos incluyen:
- La identidad verbal: nombre, mensajes de marca, voz y tono, personalidad
- La identidad visual: logotipo, colores, tipografía, iconografía, packaging.
- La atención al cliente, pre y post venta
- La interacción del usuario con los productos digitales
- La calidad del producto físico o del servicio
- La reputación de la marca
Todos estos elementos se combinan para generar una experiencia de marca única.
Branding es crear experiencia de marca significativa
La experiencia vivida se empieza a generar en el primer contacto con la marca y continua a medida que el usuario interactúa en los diferentes puntos de contacto físicos y digitales. Esta experiencia genera en el consumidor unas sensaciones, emociones y sentimientos. Estos pueden ser positivos o negativos. Sí la experiencia ha sido positiva, significativa, valiosa, lograremos el objetivo, “marcar” o crear un vínculo fuerte en la mente del consumidor. Eso es branding.
La confianza y las emociones mueven al consumidor
Una vez creada la conexión emocional, el consumidor siente la confianza suficiente para tomar una decisión de compra alineada con lo que ofrece la marca.
La propuesta de la marca, puede ser similar a la que tenía el cliente en mente al inicio, o incluso puede ser diferente. Sin embargo, la confianza y emociones generadas con la experiencia de marca tiene el poder de mover al cliente de su idea; impulsandolo a decidir de acuerdo lo que ofrece la marca porque se convence de que satisface mejor sus necesidades.
Construir marca no es tarea sencilla
Sí, ya lo entiendes, pero aplicarlo no es tarea fácil. Es un proceso estratégico que requiere conocimientos, planificación, definición, diseño, aplicación y seguimiento. Esto requiere tiempo y, de hecho, nunca se deja de construir marca. El branding requiere gestión continua y adaptación a medida que evoluciona el mercado y cambian las necesidades de los consumidores. Sin embargo, las marcas bien gestionadas parten con ventaja y son las que perduran adaptándose mejor a los cambios.
Requiere apoyo de especialistas
Debido a la especialización cada vez mayor del branding, hemos llegado a un punto donde se requiere el apoyo de una agencia o estudio de branding especializado para llevarlo a cabo con éxito. O en su defecto, contar con un equipo interno especializado.